Argentina 4 - 1 España

La Roja, derrotada.

Sólo salieron de titulares 5 de los de siempre: Piqué, Xabi Alonso, Villa, Iniesta y Busquets. Y luego entró Xavi Hernández. El resto lo formaban los suplentes del mundial y alguno más.

Alineación: Reina, Piqué, Marchena, Monreal, Xabi Alonso, Iniesta, Busquets, Cesc, Arbeloa, Villa y Silva.

Cambios: Cazorla, Xavi, Llorente, Navas, Valdés y Pedro.

Se quedaron sin jugar Sergio Ramos, Casillas y Torres.

El fallo de ayer de la Roja fue que empezaron muy fríos, como alelados como si no hubieran calentado. Eso lo supieron aprovechar Messi y el merengue Higuaín, que anotaron los dos primeros tantos rápidamente.

Luego España fue cogiendo confianza y, de repente, parecía que íbamos a meter los goles que hiciera falta. Pero entonces llegó la maldición de Villa con el larguero de la portería contraria. Hasta tres veces tiró sin colar el balón. Íbamos con confianza, teniendo la posesión y jugando a nuestro ritmo. Quizás demasiada confianza. Pîqué dejó el balón para Reina, que resbaló. Tévez, que estaba por ahí, como esperando una jugada así, corrió hacia el esférico, más veloz que Reina, y anotó el tercer tanto de Argentina.

Llegó el descanso y, con él, los cambios españoles.

Cambiamos un poco la manera de tocar balón dando más velocidad arriba con Navas y más juego aéreo con Llorente. Pero no sirvió para ganar, aunque sí para dar esperanza con el golazo de Fernando y los intentos de Cazorla. Quedaban 8 minutos aproximadamente y volvíamos a tener confianza en la Roja. Porque ellos nos hicieron soñar con la Copa del Mundo y lo volvieron a hacer ayer. Lástima que sólo fuera durante unos 3 minutos.

Como un jarro de agua fría cayó sobre nosotros, y supongo que sobre los jugadores también, el cuarto y último gol de los albicelestes. También el jugador blanco Di María metió un gol, anulado por fuera de juego.

Y hasta aquí la crónica del amistoso especial, no tan amistoso, del día de ayer.





Ahora a mí me apetece añadir algo. Porque seguro que los argentinos ya irán por ahí celebrando: '¡Hemos ganado a los campeones del mundo!'.

Enhorabuena. Pero eso no les hace mejores. Ellos jugaron con los titulares de siempre, los mejores. Nosotros no. Les dimos minutos a los suplentes, ya que simplemente era un amistoso.

Y ellos pensarán que si hubieran jugado con nosotros en el Mundial habrían ganado. No, señores. Si hubieran jugado con España, habrían sucumbido ante el tiqui taca, como todos. Una lástima que Alemania les frenara. Otro gran equipo con grandes jugadores.

Y, repito, por ganar a los mejores no te conviertes en el mejor. Sino, miren a Suiza. Nos ganó. ¿Y qué? ¿Es un súper equipo ahora por habernos ganado? ¡Dios, sí! Suiza es increíble, maravillosa. Pues no. Un mal día de España, un buen día para otro, ya se llame Suiza, Argentina o Estados Unidos. Os recuedo que no siempre se gana.

Y una vez más, enhorabuena, Argentina. Un gran partido.

Aunque para mí, debiço haber ganado España, pues jugó mejor. Y, sin más, acabo con esta frase: 'El fútbol es imprevisible, y no siempre gana el que debería ganar'. Cada uno con su opinión.

Que paséis un buen día.